Volver      
         
  Uso racional de la energía de calefacción en edificios en climas templados y frios
  Si se analizan las pérdidas energéticas que se producen en una vivienda unifamiliar podemos establecer en forma general el siguiente cuadro
  Muros     25%
  Pisos     10%
  Ventanas     20%
  Infiltración     15%
  Techos     30%
  Como vemos existen ciertos elementos de la envolvente que facilitan las pérdidas de energía hacia el exterior y en general esto se debe a dos motivos:
1ro los coeficientes de transmitancia térmica son elevados y
2do los elementos poseen una gran superficie. Y aunque los vidrios poseen un valor de transmitancia térmica mayor al doble del de una pared de ladrillos macizos de 0.30 cm de espesor, sus superficies son menores y por lo tanto los valores de perdidas energéticas son similares.
  Todo lo anterior nos lleva a reflexionar acerca de la forma de reducir estas perdidas de energía que llevadas a valor monetario pueden ser de importancia a lo largo de la vida útil de la vivienda.
  Básicamente existen algunas simples pautas que nos permitirán reducir el consumo energético y a la vez reducir el costo de construcción en algunas oportunidades.
  Una forma sencilla de lograr el objetivo resulta de reducir el volumen a calefaccionar (tendremos menos aire a calentar), bajando cielorrasos por ejemplo, lo que a su vez limita la superficies de perdidas al exterior.
  Otra intervención de importancia se verifica a partir de reducir la superficie de perdidas, por ejemplo optimizando las formas geométricas de la vivienda tratando de envolver el mismo volumen con menor superficie de pared exterior, o apareando viviendas donde el beneficio es mutuo.
  La superficie, orientación y tipo de vidrio de una ventana también cobra importancia al momento de reducir perdidas. Cuando una ventana se encuentra bien orientada, el balance energético a través de esta puede resultar positivo, las ganancias durante las horas de sol pueden ser mayores que las perdida a través de esta, en cambio en las ventanas que no reciben sol durante el día (orientación sur) este balance es netamente negativo, se producen perdidas a lo largo de todo el día.
Esto nos indica que las ventanas orientadas hacia sectores favorables (N, NE, NO) deben tener mayor superficie que aquellas orientadas hacia el sur (válido para el hemisferio Sur, para el hemisferio norte cambiar la orientacón norte por la sur).
  La aislación térmica de las ventanas también resulta de importancia, los vidrios dobles, los postigos y las cortinas comienzan a cobrar importancia.
También, cuanto mas frío es el clima mayor será la superficie de los paños fijos, para limitar de esta forma las perdidas por infiltración.
  Por ultimo dentro de las mejoras se puede citar el aumento de los espesores de aislación térmica en muros y techos, recomendándose espesores de esta de 3-4 cm en paredes y 5-7 cm en techos livianos. En cubiertas pesadas los valores son similares a los de los muros.
  Por último, y como una forma sencilla de verificar el comportamiento global de la vivienda se recomienda la utilización de la Norma IRAM 11604 donde se establece la metodología de cálculo del coeficiente global de perdidas "G".
  A medida que realizamos intervenciones de mejora y reducción de perdidas en cada uno de los elementos constructivos, los porcentajes relativos de perdida se modifican y comienzan a cobrar importancia otros sectores a los cuales no se les presto atención anteriormente, Así, si mejoramos los valores de transmitancia térmica de muros y techos, las perdidas por infiltración pueden resultar de suma importancia.
La habilidad del proyectista al momento del diseño y la especificación de elementos constructivos permitirá determinar en que momento la curva de costo-beneficio resultará favorable para el proyecto.
  Según diversas estimaciones, las reservas energéticas no renovables a escala mundial llegarán hasta el año 2035, o algo mas a medida que se mejoren los mecanismos de explotación.
Las viviendas que diseñamos hoy, seguramente tendrán una vida útil mas allá de esta fecha, resulta necesario entonces tomar conciencia acerca de esta limitaciones y comenzar a diseñar edificios energéticamente eficientes.
Muchas de las mejoras propuestas no tienen costo alguno, pero traen aparejada una serie de beneficios a escala individual (mejoras en el confort con igual o menor consumo) y a escala nacional (menores necesidades de generación y consecuentemente aumento de las reservas), pero para que ello resulte de esta forma la acción debe ser realizada en conjunto desde todos los sectores.
 
Arq° Jose Reyes